Gaiteros del carbón
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Gaiteros del carbón

‘Aquí están / estos son / los gaiteros del carbón’. Fue una de las frases coreadas en la Marcha Negra de julio de 2012, entrando en Madrid al son de Santa Bárbara Bendita. El lema resonó durante mucho tiempo en la cabeza de Pablo Carrera, hasta dar lugar al nacimiento de esta banda, puro espíritu minero en la cuenca del Nalón.

Cuatro años tardó en llevar a cabo el proyecto, pero Carrera no olvidó nunca aquel momento. «La frase se me quedó grabada, y en cuanto vi la ocasión aproveché para organizar la banda». La oportunidad llegó en la Cabalgata de Reyes de 2016, en Pola de Laviana, cuando le propusieron desfilar con los alumnos de la Escuela de Música A Mansalva, de la que es director. «Nos sugirieron desfilar vestidos con traje de minero, con cascos y demás, como manera de reivindicar las cuencas». Y ahí encajaron las piezas: habían nacido los Gaiteros del Carbón.

Aunque muchos de sus componentes estaban comprometidos con otros proyectos, la ilusión fue contagiosa y se sacó tiempo de donde no lo había para poder ensayar. «Tenemos un compromiso con la música asturiana, de raíz, y desde luego con la cultura asturiana, que incluye la minería», explica Carrera. Después de unos meses de ensayos, con una indumentaria y repertorio mínimo pero trabajado, debutan en octubre de 2016 en el Festival de El Xarandal en la Felguera. Y lo hacen a lo grande, acompañando a Celtas Cortos.

«Es una banda mítica, que lleva más de veinte años en la escena nacional y siempre se ha caracterizado por ser muy reivindicativa. Nos brindaron la oportunidad de actuar con ellos, y se creó una muy buena complicidad entre ambas partes».

El estreno fue un éxito, y desde entonces trabajan para consolidar una propuesta que requiere «no sólo que cada miembro sepa tocar bien su instrumento, sino que tenga un nivel de compromiso y exigencia». Es lo que caracteriza a sus veintiséis abanderados, como se autodenominan los componentes; un número que no está en absoluto cerrado.

«Seguimos creciendo, ya que nosotros trabajamos mucho con la Escuela de Música del Nalón, y tenemos alumnos que llevan con nosotros unos cuantos años, porque participan en los festivales de Navidad o fin de curso, o en una actuación-homenaje a alguna personalidad…»

A los temas tradicionales se suma la idea de incluir en repertorio composiciones propias, diferenciándose no sólo en la presentación, ya que en el escenario mantienen la indumentaria minera. Y también ese sentimiento de comunidad, que está presente tanto en la banda como en su cantera. «A través de la Escuela de Música se ha creado una auténtica familia, son alumnos que crecen juntos, y que van acogiendo a los nuevos». Por eso, explica Carrera, lo importante ahora es consolidar el grupo, aumentando el repertorio y mejorando a nivel personal. «Y, aunque no es un objetivo inmediato, también nos estamos planteando la grabación de un disco». Preservar el patrimonio cultural y musical de la mina es un trabajo que no pasa desapercibido, especialmente en las cuencas.